Las murallas de Jeréz son fortificaciones que formaban parte de la defensa de la ciudad de Jeréz. Originalmente recorrían un perímetro aproximado de 4 kilómetros encerrando unas 46 hectáreas con 9 metros de altura y una anchura que podía llegar hasta los 2,65 m en su parte inferior.
Los elementos que constituían la defensa de la ciudad eran concretamente: La muralla, las torres, las puertas, el Alcázar y una serie de construcciones de forma cuadrangular que se colocaron cerca de algunas de las puertas.
Con el tiempo las murallas fueron quedando integradas al tejido urbano. Muchas veces se ha tenido muy poco respeto por su valor histórico. Encontrarás edificios y comercios “apoyados” y utilizando sectores de muralla como propios. Puedes encontrar que la muralla forma parte del interior de comercios.
En la Plaza del Arenal encontrarás líneas de color en las baldosas que señalan el antiguo recorrido de las paredes fortificadas. Aún puedes ver amplios sectores en pie, como partes del Muro del Alcázar, Torres del Homenaje y de Ponce de León en el sector este. Y alguna que otra de sus antiguas puertas, como la Puerta del Arroyo que se abrió en tiempos de Felipe II. Junto a la Puerta de Rota se encuentra la Torre de Riquelme y a su lado… una bodega ocupa el espacio de la muralla.
A pesar de haber sido declarada Monumento Histórico Artístico en 1931, la muralla de Jeréz mercería una mejor puesta en valor. Sin embargo algunos puntos de la muralla, como la Torre Octógona y el Alcázar están muy bien conservados.